La Dirección de Transporte del Gobierno del Estado sangra. Y lo hace porque no han sabido entender que el problema del transporte es la organización. Su funcionamiento está mal porque existe la discresionalidad. Este es el motor que hace que los transportistas no cumplan y que las unidades cada día presenten más deficiencias mécanicas. Cada vez son mas lo que no respetan el reglamento de transito. Cada vez se eleva el peligro de un accidente grave por la falta de mantenimiento de las unidades. En la ciudad circulan unidades sin vidrios. Sin que los asientos cumplan lo especificado en la norma. En las calles se mueven muchos choferes que son irresponsables y que desprestigian a un gremio cuyo trabajo es digno y respetuoso. Las concesiones se han venido otorgando de manera discresional. Como un compromiso político. Para beneficiar a los parientes de políticos. Son pocos los permisos que da el gobierno a la gente que se lo ha ganado. Aunado a que la inflación hace estragos en los costos de operación, los transportistas de taxis y colectivos se ven sometidos a la presión de no tener un financiamiento blando que les permita renovar las unidades y poder ofrecer mejorías y garantías al usuarios. Mientras esto sucede, la corrupción y el escandalo se siguen generando en los pasillos de está dependencia pública. Antonio Lucero fue denunciado por el diario Zeta y ha renunciado. Este señor, es un hombre corrupto. Es un hombre abusivo y prepotente. Es un maniaco depresivo que siempre ha estado ávido de reconocimiento y poder. Sólo hay que ver sus actuaciones para enteder que ya tiene su tumba cabada y esto es el empujoncito que necesita para ir a freir esparragos cerca, muy cerca de su yerno Silvestre de la Toba.
Además, pienso que se tiene que detener La Concordia por el peligro que representa.
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